Habilidades

la aleación se calienta a una temperatura elevada y se mantiene durante algún tiempo, lo que permite la formación de precipitados que refuerzan la matriz del material. Este tratamiento es especialmente útil para las aleaciones de níquel utilizadas en entornos de altas temperaturas y esfuerzos mecánicos, como en motores de aviones y turbinas. El tratamiento térmico en solución del acero inoxidable, por otra parte, es un tratamiento térmico que sirve para disolver los carburos de cromo presentes en el material, evitando así la sensibilización y mejorando la resistencia a la corrosión. Este proceso implica calentar el acero a alta temperatura, normalmente entre 1000°C y 1100°C, seguido de un enfriamiento rápido. La solubilización garantiza la uniformidad de la estructura cristalina del acero, eliminando las tensiones internas y mejorando la ductilidad y tenacidad del material. Ambos tratamientos son esenciales para garantizar que los tornillos fabricados con aleaciones de níquel y aceros inoxidables alcancen el rendimiento óptimo que requieren las aplicaciones críticas, asegurando una larga vida útil y una mayor fiabilidad.